domingo, 27 de marzo de 2011

Quieres ser libre ¡Ama!


QUIERES SER LIBRE ¡AMA!


El amor es el sublime corazón del universo. Vive en perfecto equilibrio, libre, hermoso... El amor no conoce fronteras, ni normas, es generoso, tolerante...
Es una fuente de energía, de paz...
Nos hemos olvidado de nuestra verdadera esencia, nacimos siendo amor y nos complicamos en la difícil tarea de limitar y encarcelar, un sentimiento tan grande, puro y eterno.
Ponemos muros humanos y creamos los celos, la posesión, el sufrimiento, el dolor...; Olvidando que el amor es el único sentimiento que nos hace verdaderamente libres y nos da fuerza porque nos hace sentir vivos y estar en paz con nosotros mismos y con el universo.

El amor vive en todo y sobrevive a todo. Pensamos que solo podemos amar a nuestra pareja o a nuestros hijos y no es real, pues podemos amar a nuestros amigos, a los animales, a las plantas...

Confundimos la palabra querer con la de amar; Querer es desear, Amar es entregar sin esperar nada a cambio, simplemente porque te nace del alma. Hay amor en las cosas más pequeñas, más sencillas; en un amanecer, en un ave surcando el cielo, en un mar sereno, en una flor abriendo sus pétalos al rocío de la mañana, en la sonrisa de un niño...

Los niños, la naturaleza y los animales son grandes maestros del amor; ellos aman incondicionalmente, sin miedos, sin reservas, porque ellos son amor en su esencia más pura. Nosotros, pobres ignorantes, pensamos que tenemos que enseñarles, educarlos y son ellos los que cada ida nos enseñan y nos dan una lección.

Nosotros grandes maestros de nada, huimos aterrorizados cuando alguien dice amarnos, pensando que ese amor nos compromete, nos condiciona, nos oprime, nos limita y finalmente nos esclaviza y nos ahoga.

Nosotros no sabemos vivir el amor, lo vivimos con reservas, convirtiéndolo de antemano en la crónica de una muerte anunciada; vivimos la escalada a la cima con gran entusiasmo, sin molestarnos en cultivar que ese amor perdure y crezca en libertad; la bajada suele ser muy dura, los jardines que no se miman, irremediablemente marchitan.

Atentamos contra nuestro derecho Divino, el Libre Albedrío, después nos lamentamos; intentamos racionalizarlo, como si el amor necesitara una razón para existir; el no la necesita, nosotros si, pues no nos basta el maravilloso regalo de existir. Nos creamos un mundo de soledad, de incomprensión, y perdemos el indescriptible placer de amar; nos volvemos desconfiados y cerramos la puerta con la excusa de que no queremos que nos hieran.

El amor nos da la vida, nos hace vibrar, nos libera y nos inunda de luz y calor. Ese amor que vive dentro de todos los seres vivos y de todas las cosas, es maravilloso... por su ...

ABSOLUTA SIMPLICIDAD.

Mary Lorenzo ©



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