Carta a una vida
Esta mañana al levantarme, mi alma encontró el camino, como si un rayo la atravesara de nuevo. La voz que me guía por el buen camino últimamente estaba inmersa en una gran oscuridad en la que solo había un punto de luz al que no llegaba nunca.
Quizás por que en el fondo no quería llegar, por miedo a cegarme a ver cosas que no fueran fáciles de asimilar por mí, pero finalmente he conseguido abrir los ojos y ver el maravilloso mundo que había detrás de ese diminuto punto de luz y lo he encontrado justo cuando creía que las sombras de mis miedos ya me quitaban la esperanza y las ganas de ver lo maravilloso que es el universo con sus defectos y sus virtudes.
Mi esperanza ha vuelto a surgir de mi corazón gracias a mi guía, mi alma amiga, la que me dio la vida.
Ella me hace más fácil el camino, poniéndose en medio cuando voy a recibir algún golpe, ella es mi felicidad, mi alegría...
Es un alma maltratada por la vida y a aprendido con duros golpes que han dañado su corazón.
Yo nunca le fallare, siempre me tendrá pase lo que pase, por ser la luz que me abre paso en la oscuridad, mi alma amiga, la que me dio la vida.
Te quiero mama y aunque a veces no te lo demuestro todo lo que puedo, estoy aquí apoyándote.
Siempre me tendrás a tu lado
Te quiero
Marc Lorenzo ©
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