Gorrión encarcelado

Gorrión encarcelado

Gorrión encarcelado en tu jaula de latón es tan triste tu mirada como triste es tu canción.

Te cautivaron durante años, apenas te dejaron volar, encadenaron tu alma, te condenaron a la soledad.

Pero un día, llego a ti, el canto de un ruiseñor, que volando en libertad a tu jaula se acerco.

Era tan dulce tu mirada, estabas tan falto de calor, que el ruiseñor mirando tu alma de ti se enamoro.

Y encadeno su libertad a tu jaula para cantarte su amor, dejando a un lado su vida y darte cariño y calor.

Y sobre el ruiseñor enamorado cayeron tormentas de dolor, todos le dieron la espalda y aun así, a tu lado se quedo.

Gorrión encarcelado, a veces fuiste tan cruel, que el ruiseñor abatido creyó que iba a desfallecer.

Aun así siguió unido a tu prisión, siguió dándote su querer, fue el refugio donde guardar tus penas,

la fuente donde calmar tu sed.

Le dio calor a tu vida, le pinto una nueva ilusión, le dio una nueva esperanza, te regalo un rayo de sol.

Unas cuantas veces te dieron la libertad y te alejaste del ruiseñor, sin recordar su cantar.

Y cuando volviste a estar preso y sin consuelo volviste a llorar, volvió el ruiseñor a llenar tu soledad.

Tras una condena vino otra, otra y otra mas... y el ruiseñor destrozado no podía dejarte de amar.

Pasaron 3 largos años, el ruiseñor sin ti no podía ya volar y espero alimentando sus sueños, hasta que llego por fin tu ansiada libertad.

Pero llegado el momento, de nuevo echaste a volar dejando atrás al ruiseñor... sin escuchar su llorar.

Pocas veces fuiste a verlo, jamas supiste lo que llego a sufrir, te llego la libertad y demasiado deprisa quisiste vivir.

Y al cabo de poco tiempo, te volvieron a encerrar, entre muros y barrotes, entre pena y soledad.

Y el ruiseñor enamorado, volvió a ti con su canción, con lagrimas en los ojos y el alma llena de dolor.

El ruiseñor sabia que le amabas, pero tu amor era destructor, y cuando no pudo mas,

con lagrimas que brotaban del alma, sin mas te dijo Adiós.

Alzó el vuelo sin mirar atrás, hacerlo hubiera sido un error, se hubiera quedado encadenado, a tu jaula de latón.

Han pasado 7 años y por las noches aun se oye una canción, es el lamento de un preso, que perdió a su ruiseñor.

Mary Lorenzo ©